
A veces nos es tan complicado recordar los verdaderos momentos, que yo mismo decidí que siempre estén en mis ojos.
Miramos a lo extraordinario sin darnos cuenta que los pequeños detalles son los que hacen que eso así sea.
Adentrémonos a un mundo hedonista y no solamente con el placer como fin de la vida, hagamos que el placer tenga fecha y momento y viaje más tiempo que nosotros mismos.
Hagamos imágenes para llorar y abrazar y no solamente para recordar.
Al fin y al cabo somos conformistas en un mundo plano.
Y yo soy uno de ellos…
pero os quiero contagiar emocionalmente de la misma manera que lo hago yo, mirando a través de mis ojos.
